Etiología médico-legal de los envenenamientos por monóxido de carbono
– Envenenamiento criminal por monóxido de carbono
El primer supuesto que al que hacemos alusión, el envenenamiento criminal por monóxido de carbono, es un supuesto que rara vez se da. En este caso, el criminal induce a una o varias personas a llevar a cabo un suicidio colectivo; estos piensan que el criminal también se va a provocar la muerte, pero sin embargo éste toma las debidas precauciones para resistir los efectos del tóxico (aunque claro, existe un riesgo importante, de ahí la rareza de este supuesto).
– Intoxicación suicida por monóxido de carbono
Todos conocemos, bien sea por algún supuesto real, o por alguna novela o película (así de primeras, se me viene a la cabeza el principal suceso de la fantástica novela de John Grisham «El cliente») del recurso al monóxido de carbono en las intoxicaciones suicidas.
En las intoxicaciones suicidas por monóxido de carbono se recurre a una de las diferentes fuentes de producción de este tóxico: los braseros (encendidos incompletamente en una habitación cerrada); el gas del alumbrado (con la espita abierta); o bien, y este es el supuesto más llamativo, los motores de explosión (puesta en marcha del motor del automóvil en un habitáculo cerrado, por ejemplo).
– Intoxicación accidental por monóxido de carbono
El supuesto más frecuente de intoxicación por monóxido de carbono es la intoxicación accidental.
Las circunstancias en que ocurre van a ser muy variadas y van derivar de las diferentes fuentes de desprendimiento del gas tóxico (por la combustión incompleta, como en el supuesto de las estufas o braseros; o bien por accidentes por el gas del alumbrado, derivado de imprudencias o deficiencias en los conductores de las cocinas, estufas o calentadores).