El coste del delito

El gasto menos importante de la delincuencia es el valor de los bienes robados. A esto hay que sumar los gastos de prevención estática de la delincuencia, como cerraduras, alarmas y verjas, así como el personal dedicado a reprimirla; guardias y vigilantes, policías, jueces y funcionarios de la cárcel.

Un estudio realizado en 1987 calcula, a base de gastos de las compañías de seguro y cálculos sobre la inversión en prevención por parte de particulares, a mitades de los años 80, a 8.000 pesetas por individuo en España.

Añadiendo el coste de los servicios estatales en la prevención y lucha contra la criminalidad, la suma se eleva a unas 13.000 pesetas por persona. Las cifras a finales de los años 90 se elevan al doble o triple de éstas. Durante todos estos años, España ha realizado una fuerte inversión en la construcción de cárceles, y el número de reclusos ha ido en aumento. Además, la seguridad privada es uno de los sectores de la economía que más crece, y el número de vigilantes y personal de seguridad privada se ha triplicado. El delito, curiosamente, crea empleo.

Sin embargo, el coste más importante del delito no son tampoco las elevadas cifras invertidas en su control, sino lo perjuicios y daños indirectos.

Fuente:
La criminología aplicada, Escuela Judicial, Consejo General del Poder Judicial.

Javier Garcia de Tiedra Gonzalez
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